Los viejos paradigmas de la comunicación en el trabajo se están acabando, al menos en lo que a físicamente se refiere, porque ya quedan pocas empresas donde los largos pasillos o lúgubres despachos encasillados entre cuatro paredes hacían tan tedioso el tener que desplazarse para ver a otro compañero de trabajo.
Ahora con las cortinas para aislamiento acústico no solo se preserva determinadas zonas a conveniencia del sonido, también se dividen en departamentos o espacios donde se precisan hacer reuniones de trabajo de manera improvisada o para la exposición de videos o presentaciones delimitando áreas de forma selectiva.
Transformar una oficina abierta o diáfana en un lugar más agradable es posible si se instalan cortinas acústicas, ya que tienen la ventaja de abrirse y cerrarse rápidamente, no sufriendo el desgaste que tienen las mamparas.
Estas cortinas ignífugas que aíslan del sonido se instalan sobre rieles, pudiéndose configurar de múltiples formas, incluso haciendo bifurcaciones para llevar la cortina de un lugar a otro de forma oblicua si se desea.
Se ha comprobado que una buena disposición del lugar de trabajo y de todos los elementos que componen la oficina, favorecen no sólo al rendimiento de los trabajadores, sino que además se propicia el trabajo en equipo, la colaboración y el intercambio. De ahí que sean más las empresas que cambien por completo la fisionomía y se adapten a un entorno más colaborativo instalando cortinas acústicas.
Los nuevos espacios multifuncionales creados con la ayuda de las cortinas acústicas, hacen que donde haya un pasillo amplio pueda transformarse en una zona donde se puedan reunir los empleados sin que se obstaculice el paso, el comedor puede emplearse como sala de reuniones e incluso el mobiliario o la iluminación puede transformarse según las necesidades, creando una atmósfera agradable y cómoda para trabajar.
La gestión del espacio-tiempo está presente en todas las empresas y se ha demostrado que dependiendo de la actividad se requiere de un modelo concreto de gestión. Algunas tareas o de gestión son de tipo proactiva por lo que la concentración y la privacidad son claves.
Pero cuando las actividades son de tipo reactivo o se necesitan de un feed-back es necesario de un nivel de comunicación entre colaboradores.
De esta necesidad surgen las cortinas acústicas para separación de ambientes, que agilizan la comunicación en espacios diáfanos y pueden crear al instante cubículos separados rápidamente.
Esta forma de trabajar supone cambios importantes en cualquier sistema organizativo y para ello hay que cambiar los antiguos métodos de trabajo jerárquicos, para pasar a unos nuevos más transparentes y horizontales. Cambiar no es fácil, porque un concepto nuevo requiere de representar mentalmente esos cambios, pero aún más difícil ponerlos en práctica.
Con las cortinas acústicas se eliminan todos los obstáculos, tabiques, mamparas y puertas, para pasar a un espacio-tiempo al que todos pueden acceder. Pero lo realmente interesante es que permiten una nueva estructuración de la empresa, haciendo que ese sistema organizativo sea más liviano entre sus integrantes, lo que hará moverse más rápido en la toma de decisiones y por consiguiente una mejor respuesta hacia sus clientes y un mayor conocimiento de su competencia al ir al ritmo de mercado.
Hasta aquí sería lo que podríamos llamar un beneficio a nivel estructural, pero también el cambio de concepto nos proporciona grandes beneficios, incrementando el peso del sistema organizacional ya que, tratándose de temas como la visión, misión y valores de la organización, deberían incrementar el peso de la misma por la calidad de su desarrollo.
Así que cuando piense en comprar cortinas para el aislamiento acústico, no piense solo en aislarse del ruido, estará dando un nuevo enfoque a su organización empresarial aumentando las posibilidades de crecimiento considerablemente, ejemplo de ello Prosegur en su Sede Central de Madrid.
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