Acústica y decoración unidas de la mano
Muchas veces cuando oímos el término tejido técnico asociado a cortinas acústicas, tendemos a pensar en un acabado sobrio, con colores muy básicos, como si se tratase de una instalación para un entorno meramente laboral o industrial. Pero a día de hoy las combinaciones que se pueden hacer para lograr una decoración acorde en lugares públicos de ocio son muchas gracias a las cortinas de terciopelo acústico ignífugas.
El terciopelo no es un tejido propiamente dicho, sino un tipo de acabado o forma de tejer el hilo, pudiéndose hacer con diferentes fibras textiles.
Entre los terciopelos más usados en el mercado están:
El terciopelo 100% seda con un lujo al alcance de muy pocos. Hoy resulta muy complicado de encontrar y su precio puede estar en más de 400 euros el metro.
El de algodón se ve menos llamativo, pero su acabado es bastante suave, asequible y resistente. Además, se tiñe muy bien, por lo que está disponible en una gran variedad de colores.
El terciopelo de lino, con una característica textura acanalada, es el de mayor brío de todos y el que mejor resiste las marcas de uso. Hoy en día resulta prácticamente imposible de encontrar.
Por último los terciopelos sintéticos y de mezcla imitan muy bien el brillo de la seda y se encuentran a precios competitivos.
El algodón ignífugo con acabados en terciopelo se comercializa en dos tipos de gramajes principalmente, 300 y 500grs, ofreciendo la máxima resistencia a la fuerza y la tracción según normativa EN-ISO-13934.
Es el más versátil y tiene una muy buena relación calidad-precio, de hecho los editores textiles globales que hablan de las tendencias del hábitat a través de sus telas, están recomendando el terciopelo en algodón como la opción más idónea para el sector contract.
Su tacto suave y amelocotonado, además de su brillo son algunas de las razones que han hecho del terciopelo uno de los materiales más valorados dentro del interiorismo. Así que ya es hora de que caigas rendido a los pies de los reyes y el lujo que proporciona el terciopelo, sin desdeñar las posibilidades que ofrecen los algodones técnicos ignífugos de Clase 1.
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