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No cabe duda que la industrialización ha contribuido positivamente al desarrollo de la sociedad con la creación de puestos de trabajo y la innovación llevada al consumo de las personas que ven como sus vidas son mucho más cómodas en diferentes aspectos. Aunque también la contaminación ha surgido como consecuencia de este desarrollo en distintas formas, propiciando enfermedades a aquellas personas que están expuestas al ruido de la maquinaria de una industria, la contaminación que generan los vehículos o incluso el estrés que las personas soportan con el intenso ajetreo de la vida en la gran ciudad.

Como ejemplo podemos encontrar muchos casos de industrias que generan una alta contaminación acústica causada por la maquinaria industrial que tienen en sus centros de trabajo. Uno de ellos son las lavanderías industriales, donde enormes calandras murales con plegador longitudinal, transversal y con apilador secan sábanas, fundas y demás ropa de cama destinada a hoteles y hospitales, necesitando de potentes motores, los cuales producen un enorme ruido para los operarios que las manejan. Se pueden evitar estos ruidos utilizando tapones para los oídos o bien usando auriculares antirruidos, pero al usarlos reduce mucho la comunicación y si no se usan provoca que haya inteligibilidad en la comunicación entre el personal de una fábrica debido a las interferencias que produce el ruido de las máquinas.

 

Muchas veces los propios operarios desisten de colocarse estas protecciones auditivas y ello conlleva que el trabajador a la larga sufra de alteraciones del sueño, hiperirritabilidad, trastornos en la capacidad de atención y de memorización, incluso alteraciones del sistema nervioso, cardiovascular, hormonal y digestivo.

En espacios de trabajos cerrados hay que tener en cuenta que el ruido provocado por la maquinaria industrial necesita diferentes actuaciones y medidas para ser atenuado. Entre estas medidas se encuentra el aislamiento acústico, que consiste básicamente en la reducción del ruido que se transmite por vía aérea. Las ondas sonoras pierden gran cantidad de energía al atravesar un elemento sólido y por lo tanto se reduce la transmisión. De forma habitual, las soluciones basadas en aislamiento adoptan formas de cerramientos o de pantallas que pueden diseñarse mediante cortinas que van por rieles.

Las cortinas acústicas Insoudtex son una solución válida y eficaz que gracias a su composición multicapas en fibras de alta capacidad para apantallar las ondas sonoras, logran una reducción en decibelios notable según la configuración con que se confeccionen, es decir, según las capas que lleven.  A esto hay que añadir que la mayor parte de los elementos que causan ruido aéreo en maquinaria son además de fuentes de ruido que a su vez generan calor, por lo que necesitan ventilación, pudiendo reducir de manera drástica la efectividad de un cerramiento, aunque éste problema lo solventa notablemente las cortinas acústicas Insoudtex gracias a su y pudiendo tener una composición ignífuga que aportan sus fibras textiles de manera intrínseca y permanente, por lo tanto la funcionalidad es doble en cuanto al aislamiento, reduce el ruido e inhibe el fuego.

Con la absorción, las ondas sonoras pierden energía al atravesar un medio poroso. Si este medio se coloca en una superficie rígida, el efecto que se consigue es una reducción de la energía de la onda reflejada. Este principio es el que utiliza las cortinas acústicas Insoudtex para reducir el nivel de ruido en el interior de recintos, ya que, por ejemplo, el ruido percibido en el interior de un habitáculo donde hay maquinaria pesada puede ser entre 5 y 10 dB mayor del que causaría la misma fuente sonora en un espacio abierto debido a la contribución del campo reverberante provocado por las reflexiones en las paredes del recinto. Los tratamientos absorbentes tienen por objeto reducir al máximo la contribución del campo reverberante. De hecho estas cortinas tienen la combinación perfecta entre capas que absorben y otras que aíslan, debido a los diferentes grados de densidad que ofrecen.

Los ruidos generalmente están compuestos por variaciones de presión en diferentes frecuencias. Estando el sistema auditivo humano capacitado para oír sonidos de frecuencias comprendidas entre los 20 Hz. y los 20.000 Hz. No todas las frecuencias son percibidas con la misma intensidad, siendo el oído humano más sensible en la banda comprendida entre los 500 y 6.000 Hz. Teniendo en cuenta estos datos, los sonidos más graves y bajos son los cercanos a 20Hz y los agudos o ultrasonidos son los superiores a 20KHz. La banda de frecuencias en la que fluctúa la voz humana está comprendida entre los 500 y los 2.000 Hz.  Dada la amplia banda o gama de frecuencias audibles, para realizar estudios de ruido no es posible analizarlas una a una, por lo que ha sido dividida dicha banda en 10 bandas mas pequeñas denominadas OCTAVAS que se denominan y conocen por su frecuencias centrales: 31.5, 63, 125, 250, 500, 1000, 2.000, 4.000, 8.000 Hz. ¿Cuáles son los niveles tolerables en situaciones laborales?. Hay que tener en cuenta que las legislaciones sobre seguridad, higiene o salud en el trabajo de los diversos países estipulan niveles equivalentes de 85 dBA ó 90 dBA durante 8 horas. La tendencia actual es a adoptar el límite de 85 dBA, por lo que recomendamos a todas aquellas industrias donde trabajan con maquinaria, realicen las mediciones oportunas para verificar los niveles en DB que generan, causantes de muchos de los problemas auditivos de los trabajadores.

El ruido generado por ciertas actividades lúdicas e industriales con alto contenido en bajas frecuencias, ha provocado una búsqueda de soluciones efectivas en este rango. La preocupación por encontrar soluciones en este rango de frecuencias a llevado a Insoudtex a realizar ensayos con diferentes materiales y composiciones, siendo el objetivo aumentar al máximo el índice de aislamiento de una cierta configuración.

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