A medida que las ciudades crecen en extrarradios circundantes, se van creando anillos de grandes avenidas unos detrás de otros para descongestionar el centro de la ciudad. Este hecho parece no siempre ayudar en el desatasco que sufren los centros neurálgicos en las grandes capitales, pues alrededor y de forma anexa a estos anillos se edifican nuevas viviendas, con lo cual el centro parece que deja de serlo para ampliarse a otras zonas o distritos. En Madrid ya se está empezando a tomar medidas en cuanto a la entrada de vehículos en el centro urbano y en ciertos distritos, no solo por la contaminación atmosférica que provocan los gases de CO2 de los vehículos, sino también por el creciente problema que se está detectando en cuanto a la calidad acústica ambiental. Principalmente se ha notado de forma evidente unos niveles de ruidos excesivos provocados por las motos que no respetan las normativas. Según la ciudad y cada municipio dispone de unos valores máximos que no se pueden sobrepasar, pero también hay que tener en cuenta la ficha técnica de la moto y las inspecciones de la ITV. Estos datos son importantes en las motos, pues cuando se quiere cambiar el tubo de escape para mejorar el rendimiento del motor y su potencia también se está elevando los decibelios. Pero además de los valores que se soportan en general en las calles de las grandes ciudades, se establecen en muchas capitales zonas de especial sensibilización en cuanto a inmisiones acústicas. Para ello se protegen espacios de uso sanitario, docente y cultural, como lugares o áreas de silencio. En estos lugares y para evitar las inmisiones del exterior se instalan cortinas acústicas que pueden reducir hasta 30DB. Para ver un ejemplo de inmisiones límites de ruido en ambientes de interior, la Comunidad de Madrid establece unos niveles máximos en su Decreto que regula la contaminación acústica y van según las áreas que a continuación recordamos.
Valores límites permitidos de ruidos en áreas de trabajo, industrias y viviendas especialmente sensibles:
- Recintos sanitarios, en periodo diurno 40DB y durante la noche 30DB
- Recintos de enseñanza, en periodo diurno 40DB y durante la noche 40DB
- Recintos culturales, en periodo diurno 40DB y durante la noche 40DB
- Recintos de oficinas, en periodo diurno 45DB y durante la noche 45DB
- Recintos destinados a comercios, durante el día 50DB y durante la noche 50DB
- Recintos industriales, durante el día 60DB y durante la noche 55DB
- Viviendas residenciales, durante el día 35DB y durante la noche 30DB
- Áreas residenciales de servicios, durante el día 40DB y por la noche 35DB
- Viviendas de hospedaje, durante el día 40DB y en periodo nocturno 30DB
En las grandes ciudades hablar de tráfico conlleva también soportar niveles altos de contaminación acústica y atmosférica, provocado por coches, motocicletas, camiones y autobuses. Como botón de muestra recopilamos a continuación una lista aproximativa de los decibelios que se suelen escuchar de diferentes fuentes.
- Canto de los pájaros: 10 db
- Conversación normal: 50 db
- Conversación en oficinas: 70 db
- Interior de una fábrica: 80 db
- Tráfico en hora punta: 85 db
- Bocina de un coche: 90 db
- Bocina de un autobús: 100 db
- Ambiente en el interior de discotecas: 110 db
- Motocicletas sin silenciador: 115 db
- Martillo neumático: 120 db
- Avión sobrevolando un municipio: 130 db
- Dolor causado por ruido cuando se alcanzan: 140 db
Al igual que en Madrid otras ciudades como Barcelona, Sevilla, o Valencia en España elaboran desde hace años mapas de contaminación acústica para regular mejor mediante normativas los límites de emisión de ruidos y que éstos afecten lo menos posible a la salud de las personas. Estas acciones se aplican a partir de la entrada en vigor de la Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de junio de 2002, sobre evaluación y gestión del ruido ambiental, que considera el ruido como un problema ambiental de primer orden que necesita, para su prevención y erradicación, métodos armonizados de medida, estimación y valoración.
Pero además de la normativa europea en el marco jurídico español se administra también mediante la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido, que regula la contaminación acústica en un sentido más extenso que la propia Directiva de la CE, ya que además de establecer los parámetros y las medidas para la evaluación y gestión del ruido ambiental, considera el ruido y las vibraciones en el espacio interior de determinadas edificaciones. Asimismo, dota de mayor cohesión a la ordenación de la contaminación acústica a través del establecimiento de los instrumentos necesarios para la mejora de la calidad acústica de nuestro entorno. Derivando a las comunidades autónomas y a los municipios la adaptación con base a estas leyes según las circunstancias de cada lugar.
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