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La comunicación y el lenguaje verbal es sumamente importante en la educación, sobre todo el don de la palabra nos confiere la capacidad para transmitir conceptos e ideas y para ello los educadores en las aulas necesitan un ambiente adecuado libre de ruidos para que los alumnos presten la debida atención sin perder la concentración. Cuántas veces hemos recordado las innumerables veces que el profesor nos mandaba a callar por el excesivo escándalo que se provocaba con tanta charla, risas y gritos, pues en aquellos estados de excitación propios de aquella edad molestaban a las aulas colindantes. Pero ese problema que aún en nuestros días pudiera parecer un mal menor en cuanto que es fácil de solucionar, tenemos lo que llamamos a día de hoy la contaminación acústica del exterior que llega a filtrarse al interior de las aulas y que en muchos casos llega a ser insoportable. Obras en las aceras, el tráfico rodado intenso, las sirenas de bomberos, ambulancias o los claxon, son perturbaciones que desconcentran la atención de los alumnos.

En la mayoría de los casos las deficiencias en aislamiento estructural de las aulas en su perímetro dejan pasar un exceso de ruido, principalmente este ruido se filtra a través de las ventanas, por un lado a consecuencia de la baja calidad de sus perfiles o cristalería que si bien en sus inicios de vida útil prestaba un servicio adecuado, con el paso de los años y el incremento del tráfico rodado estas ventanas han quedado obsoletas ante su falta de eficacia.

Teniendo en cuenta que las ventanas correderas son menos eficaces que las abatibles podemos entender la falta de rendimiento de estos cerramientos, los presupuestos en educación hoy día son muy ajustados como para cambiar dichas ventanas por unas de mayor calidad. Pensemos que en invierno las ventanas permanecen más tiempo cerradas para mantener la calefacción y temperatura interior de las aulas, pero cuando llegan las altas temperaturas se abren las ventanas para airear el ambiente, lo que provoca se oiga más si cabe los ruidos  de la calle. Una de las ventajas de las ventanas abatibles más modernas son sus prestaciones en estanqueidad termosonora, es decir tanto en temperatura como en sonido. Así que en invierno reduce el gasto de calefacción y a la vez por su diseño de múltiples capas de perfiles en secciones estratégicamente posicionadas,  consiguen aislar del ruido exterior hacia el interior de las aulas de manera más efectiva.

Podemos decir pues que el mantenimiento de una temperatura óptima en las aulas obliga a disponer de ventanas que aíslen bien y al mismo tiempo ante la falta de estas prestaciones en las aulas, la concentración de los alumnos se ve mermada en muchas ocasiones. Incluso no solo los ruidos, también la polución y la suciedad las invaden.

Como complemento a la insonorización de aulas especiales para el estudio o de lectura se recomiendan cortinas especiales que ayudan a reducir sobre las ventanas los ruidos molestos y al mismo tiempo si la orientación del aula es este-oste el sol tiende a incidir más en épocas cercanas a la estival, con lo que ayudará a frenar la concentración de la flama en su interior gracias a los tejidos opacos y de alto gramaje.

Cortinas que ayudan a crear un ambiente más adecuado para mejorar las condiciones de estudio en las aulas de centros escolares. Frena la transmisión de las altas temperaturas en época estival y del frío en invierno al tener propiedades termorreguladoras, al mismo tiempo que mejora la insonorización.

 

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