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Antes el ruido en una gran ciudad era significado y sinónimo de prosperidad y modernidad, pero con el paso del tiempo el ruido ha reducido nuestra calidad de vida sin darnos cuenta, principalmente como consecuencia del estrés que provoca en nuestro oído interno, de ahí que surjan trastornos físico y psicológicos en muchas personas.

Se puede decir que son muchos los lugares como talleres, industrias o aeropuertos los que están bastante controlados por las empresas de prevención de riesgos laborales y determinadas medidas preventivas, como la utilización de cortinas acústicas para acotar el ruido, sobre todo en lugares cerrados. Pero existe multitud de entornos laborales en los que el ruido sobrepasa los 80 dBA y ni siquiera los trabajadores son conscientes hasta que se empiezan a producir los primeros síntomas físicos como acúfenos o pérdidas de audición.

Según muchos estudios el ruido agrava cualquier patología existente y puede hacer aflorar una enfermedad que en otra circunstancia no afloraría: problemas cardiovasculares, del aparato digestivo, de presión arterial, neurológicas, hormonales… El ruido ambiental produce además trastornos del sueño. Puede causar efectos primarios durante el sueño y efectos secundarios que se pueden observar al día siguiente. De ahí que en muchos hogares ya estén acondicionando sus ventanas con cortinas acústicas, que ayudan a una reducción significativa del ruido exterior.

Para conseguir un confort acústico, es preciso utilizar materiales dentro de un espacio cerrado en el que no existen reflexiones, ni reverberación, ni sonidos artificiales. La cortina acústica es una solución efectiva, sino que también se integra con facilidad en cualquier entorno decorativo.

A nivel de ocio, el ruido puede llegar a ser insoportable cuando estamos por ejemplo en un gran restaurante y los muchos comensales están continuamente elevando el tono de voz para poder oir la conversación más cercana. Es entonces cuando se crea un efecto increscendo y las voces se vuelven ininteligibles.

Estas y otras situaciones son las que a partir de ahora se irán corrigiendo como consecuencia de la reducción del aforo de muchos lugares de ocio, pero además se reacondicionarán los espacios también con cortinas acústicas separadoras, que servirán para delimitar las zonas de asistencia de público.

Sin duda cualquier nueva situación trae cambios, por ello, en el sector hotelero, existía en muchos casos un distintivo de confort acústico para hoteles: El Certificado AQH (Hotel Acoustic Quality Certfication) convirtiéndose en un elemento diferenciador, en un sector tan competitivo como es el hotelero; y viene a cubrir las demandas y expectativas de unos clientes exigentes a la hora de elegir sus espacios de descanso y ocio. En estos hoteles las cortinas acústicas han supuesto un antes y un después contribuyendo a ese confort acústico  y a ese relax que tanto demandan los clientes.

 

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