Con la crisis de la pandemia del Covid-19 los veladores y terrazas se han visto afectados con una reducción de su propio espacio. Donde antes había 10 mesas, ahora hay la mitad y con dos metros de separación. Según el Decreto – Ley 14/2020, de 17 de mayo y en el Decreto – Ley 15/2020, de 9 de junio, las actividades de restauración u ocio y sus terrazas, han visto relajadas algunas de sus restricciones generales (por ejemplo, se permite música o actuaciones en directo con algunas condiciones, cosa que antes no era legalmente posible). Pero, al mismo tiempo, se ha introducido una figura de autorización nueva, el estudio acústico de terrazas y veladores, para controlar la contaminación acústica.
Tenemos que pensar que no todos los bares que disponen de veladores y terrazas en la calle tienen las mismas condiciones, por ejemplo, hay calles muy estrechas y se pueden crear reflexiones continuas cuando los clientes de estos establecimientos hablan en voz alta. El entorno pues es importante para determinar las adaptaciones que se deben hacer, aunque también depende mucho de las propias personas y su comportamiento cívico para no molestar a los vecinos cercanos.
En muchos de estas terrazas y veladores podemos encontrarnos con grandes toldos de loneta que además de dar sombra actúan como apantallamientos acústicos. De otro lado podemos observar cómo en otros establecimientos de este tipo se utiliza un cerramiento perimetral a lo largo de todas sus mesas, dejando claro está un pasillo para que pasen los viandantes.
Los apantallamientos laterales en veladores y terrazas pueden solucionar los problemas de inmisión y evitan el que se formen ecos en las fachadas cercanas. Este tipo de apantallamientos o cortinas acústicas se pueden confeccionar con tejidos impermeables, llevando entre sus capas internas un tejido absorbente, actuando la de fuera como aislante acústico.
Para cerrar una terraza o velador acústicamente, se utilizan tejidos impermeables de exterior que actúan como aislante térmico y acústico, portando entre sus dos capas de otros tejidos ignífugos que absorben el sonido. Estas cortinas han sido probadas en condiciones mucho más adversas, como por ejemplo en entornos industriales, así podemos dar una idea de sus ventajas y cualidades.
Las consecuencias de estar expuesto a ruidos vecinales u originados por negocios de ocio nocturno, pueden llegar a producir trastornos del sueño, generar estrés, falta de concentración y malestar general, derivando en enfermedades más graves. Pensemos un poco desde la responsabilidad de cada uno de nosotros y seamos conscientes de que los demás tienen derecho a descansar.
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