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Los materiales absorbentes acústicos se aplican para reducir los niveles de ruido en una sala, siendo especialmente eficaces y determinantes las cortinas anti ruidos. Estas cortinas se usan para ajustar el tiempo de reverberación de un recinto al uso acústico para el que está pensado. Aunque siempre se puede mejorar el entorno donde son instaladas con materiales anexos.

La clave del buen funcionamiento de estas cortinas está en su poder de absorción, dependiendo de su grosor, densidad, disposición de las capas y su porosidad. Todo en conjunto en resumen es “masa” que es uno de los elementos claves que hacen a los materiales acústicos.

Los materiales absorbentes acústicos con los que se fabrican las cortinas anti ruidos son un método efectivo y reconocido para reducir el ruido molesto dentro de un recinto o para ajustar las condiciones acústicas de un cine, de un auditorio, de un teatro, una sala de conciertos, etc.

Diferentes pruebas en laboratorios han demostrado cómo absorben y bloquean el ruido que proviene del exterior haciendo aislando a la inversa de dentro a fuera.

Dentro de los muchos materiales flexibles con los que se acondicionan los recintos cerrados, se viene hablando últimamente mucho de las espumas metálicas que se usan para el aislamiento de paredes.

Aunque no es un material al uso para usarse en cortinas anti ruidos porque no puede fruncirse, sí que presenta unas cualidades muy idóneas para utilizarse como capa fija en paredes y techos. Un material que actúa como sistema de protección acústica; por su estructura interna la espuma metálica posee un mayor espacio entre sus moléculas, esto le brinda una mayor capacidad de tolerancia a las frecuencias vibratorias, además posee una excelente capacidad de flexión; por lo que se les emplea para crear sistemas de protección acústica, ofreciendo una excelente capacidad para difuminar los sonidos.

Los metales porosos son el resultado de la combinación de gases y metal, donde los gases en forma de burbujas ocupan entre un 50 % y un 90 % de la estructura total, por lo que se consiguen densidades muy bajas (entre 0,03-0,2 gr/cm3), con propiedades que son, por un lado, características del metal del que están formados y, por otro, derivadas de su peculiar estructura.

El resultado es un material que brinda diversos rangos de propiedades térmicas, mecánicas y acústicas que son especialmente interesantes en aplicaciones de estructuras ultraligeras, así como sistemas de alta resistencia al impacto, elementos de disipación de calor y aislamiento acústico.

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