Muchas veces no todos los espacios cerrados se comportan de la misma forma acústicamente, debido principalmente al volumen de espacio y a los materiales constructivos de que están formados.
Las velas acústicas son cortinas que en lugar de aislar o absorber el sonido como paramento vertical sobre ventanas o puertas, son utilizadas para atenuar las reverberaciones en grandes espacios como auditorios, naves industriales o pabellones deportivos.
El diseño de estas cortinas pueden llegar a ser muy variado con formas geométricas de la más diversa índole. Su uso empezó como decoración y regulador del sonido en grandes auditorios, colocando estratégicamente tejidos con un alto nivel de absorción al sonido. Pero con el tiempo se empezó a adaptar en entornos industriales para eliminar eco y propiciar un entorno más audible.
Los reflectores acústicos son un tipo de panel suspendido que tienen un ángulo estratégico para reflejar las ondas en la parte posterior.
Este tipo de recursos forman parte de una serie de parámetros acústicos muy usuales dentro de un auditorio.
En este tipo de instalaciones se incluyen la densidad de las espumas que absorben el sonido, la calidad del tejido de la tapicería, los orificios de ventilación y la estructura del asiento o butaca, además de los distintos paneles y velas acústicas que se instalan para regular el sonido.
En el caso de los pabellones deportivos con un gran volumen podemos encontrar una reverberación y eco característica, de ahí el tipo de cortinas que se utiliza.
Pero además al tener asientos o butacas de pvc, el sonido se refleja mucho más, de ahí que muchos pabellones deportivos instalen cortinas acústicas en los techos para reducir el eco.
La combinación de estas estrategias permiten diseñar espacios funcionales, contemporáneos y flexibles, como es el caso de la utilización de un pabellón deportivo para hacer mítines. La arquitectura es siempre un equilibrio entre forma y función. Cuando la técnica y la creatividad se unen, el resultado es una arquitectura de calidad única.
El ruido en los pabellones deportivos es a veces ensordecedor, ¡lógico!, pues lleno de un público que anima enfervorecido, la voz de la persona que tenemos a nuestra vera se hace difícil el oírla. También el bote en la pista de una pelota o la acción de los jugadores hace que el sonido rebote excesivamente por lo que pierde calidad.
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