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“Somos seres terriblemente emocionales y el ruido es el aditivo perfecto para llamar la atención en un mundo cada vez más efímero que desviste a las personas de lo esencial”.

Bien por razones laborales o de ocio, el problema del ruido puede solucionarse con la ayuda de cortinas acústicas, que lo reduce significativamente gracias a sus tejidos fonoabsorbentes.

Vivimos en la cultura del ruido

En un mundo sin sonidos ni ruidos, sencillamente nuestra cuerpo estaría formado de otra manera y funcionaría adaptado a un medio donde la comunicación se sustituiría por la percepción extrasensorial. Esto suena un poco a ciencia ficción, ¿verdad?. Pero este no es el caso y la realidad es que nuestra percepción auditiva es bastante sensible a determinados sonidos y a los hábitos de vida que llevamos.

Cortina acústica para separar ambientes en lugares de ocio  –  Norma UNE-EN ISO 10140-2:2022

Estamos rodeados de muchos y diferentes ruidos, muchos de ellos con una elevada presión que superando los 55 decibélios puede llegar a ocasionar serios problemas de salud, como por ejemplo pérdida de audición, acúfenos y hasta patologías más serias como una cardiopatía.

La respuesta implícita al encabezado de nuestro artículo se expresa con claridad y es que vivir sin ruido es imposible e inevitable, ya que cualquier actividad humana por pequeña que esta sea o incluso sin ella, siempre generará algún tipo de sonido. Somos especialmente receptivos cuando se trata de una comunicación estridente, si no, observemos las campañas de marketing acompañadas de bandas sonoras épicas donde el volumen sube en los momentos clave, el tono de los políticos para arengar a las masas, el volumen de ciertos videos cuando los vemos en el móvil, vas a un restaurante, pero la música está tan alta que ni disfrutas de la comida ni conversas tranquilamente y así un sinfín de situaciones diarias donde el impacto del sonido siempre está ahí para incidir sobre nuestro estado de ánimo.

No nos damos cuenta pero hacemos del ruido una cultura peligrosa que disuelve la interioridad real de las cosas que nos rodea y la de las personas mismas. Es como una tormenta solar que todo lo arrasa sin dejar nada útil a su paso, dejando solo la excitación con toda clase de impresiones e impactos que hoy día vemos en muchas y diferentes formas como las mencionadas anteriormente.

Pero antes de aportar nuestra solución ante los problemas del ruido, hay que hacer una aclaración desde el punto de visto metalingüístico y es que hay que diferenciar en primer lugar los términos sonido y ruido, ya que a priori el sonido presenta un concepto más armónico en cuanto a su significado, el ruido por el contrario representa situaciones donde las ondas sonoras son más desagradable y están más desordenadas.

Este desorden está provocado por la falta de armonía y equilibrio entre los elementos constructivos en muchos espacios cerrados. Podemos escapar de situaciones ruidosas, pero los problemas vienen si en nuestro día a día nos encontramos expuestos a una actividad industrial donde la operativa de la maquinaria misma genera un exceso de ruido por encima de los 80 decibelios y al mismo tiempo estamos expuestos durante toda la jornada laboral.

Cortina acústica para el hangar de aviones

Por último tenemos que tener en cuenta que el propio efecto del ambiente atmosférico genera siempre sonidos de mayor o menor amplitud dependiendo del volumen en el espacio cerrado donde se encuentre. Por lo tanto, a mayor espacio volumétrico mayor reverberación y mayor amplificación del sonido habrá a la más mínima acción física que hagamos en él.

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